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jueves, 3 de mayo de 2007

La opinión

El fotógrafo detrás de la cámara

Por René Pérez Massola


Releyendo por estos días algunos textos sobre fotografía de prensa encuentro constantes referencias acerca de la influencia de tal o mas cual fotógrafo en una etapa determinada y su repercusión en los medios o en una época. Cómo su particular visión representa una inspiración para las hornadas sucesivas de artistas del lente. Este acercamiento recurrente a la obra de antecesores y contemporáneos, significa, en el plano personal, una búsqueda de inspiración, continuidad y evolución. No deja de inspirar la historia de Robert Capa, con todo lo controvertido de sus imágenes de la Guerra Civil española o del desembarco en Normandía; o la teoría del instante preciso de Bresson; o la ética de Eugène Smith aún cuando nuestro trabajo se desarrolle en épocas y entornos distantes de los que les toco vivir.
Y es que el estudio es una asignatura pendiente para muchos de los fotógrafos y editores de periódicos. Y cuando decimos estudio, no nos referimos exactamente a una carrera universitaria, que no estaría mal de todos modos. Estamos hablando de la confrontación continua entre colegas o de una sencilla visita a una galería, local o virtual. De reunirse para hablar de fotografía, aunque sea en la antesala o sobremesa de algún evento.
En los comienzos de mi corta experiencia como fotógrafo traté de aprender de quienes eran en el periódico una cátedra por su experiencia. Recuerdo a Daniel Fonte quien año tras año participaba en el concurso World Press Photo o en los pocos concursos nacionales organizados por algún sindicato y sus consejos sobre fotografía deportiva. Los periódicos son vistos a menudo como una escuela. Yo mismo lo considero así. Pero esta visión se limita mucho al sistema de “prueba y corrige” y a algunos consejos oportunos. Los temas más interesantes los he escuchado con más frecuencia en encuentros entre fotógrafos, la más de las veces en el Instituto Internacional de Periodismo.


Para los más jóvenes en la profesión quizás el referente más fuerte son los profesionales que en la década de los 60 en Cuba, y aun antes, realizaron su obra, que es además testimonio de un momento histórico especial.
Siempre me pregunto qué había en el ser humano detrás de esa cámara además del talento necesario.

El crecimiento intelectual es una fuente de incentivos para la innovación en todos los campos, incluido el gráfico, y también un soporte argumental en la formación de un criterio que fundamente nuestra concepción. No se trata de hacer fotos “bonitas” a partir de una intuición o una habilidad determinada, donde la conjugación de elementos en la composición sea un resultado agradable. Al igual que en el periodismo escrito, el poder de síntesis y la perspectiva son factores diferenciantes y están estrechamente relacionados con la cultura personal.
En nuestra opinión hoy no existe renovación y muy poco de originalidad en el trabajo de los fotógrafos. O es muy escasa la que logra trascender el discernimiento de los encargados del contenido editorial. ¿Por qué?
El principal problema a nuestro juicio es la desatención de la imagen que empieza con el fotógrafo, por desmotivación, por la monotonía en las coberturas o por una mediocridad a veces consciente o no.
Parte del problema es también que no existe un editor gráfico o director de arte (muchos mal entienden este concepto) que coordine la calidad o función de cada imagen en nuestra prensa y cuyo criterio se respete a cabalidad.

La noticia y las informaciones que ocupan las planas merecen una discusión aparte.

También está presente el asunto del equipamiento. Es sabido que la introducción de la técnica digital no supuso para los fotógrafos cubanos una entrada feliz en la era de los píxeles. Las cámaras con limitantes extremas para el trabajo de prensa es quizás uno de los elementos que más ha influido en los últimos tiempos en la calidad de las imágenes y en el desánimo de los
fotógrafos. Si bien es cierto que el ruido y el autoenfoque lento suelen ser los acompañantes de las cámaras de gama baja ¿para lograr un primer plano en un reportaje se necesita una cámara de último modelo?
A riesgo de ser condenados por herejes, recordamos aquí la sabia definición de Osvaldo Salas:” La fotografía es 95% imaginación y 5 % de técnica”.

Nuestro trabajo debe hablar por nosotros en primer lugar. Paralelamente a todo lo que se pueda aprender debemos preguntarnos porque dejamos que la rutina determine sobre la foto que vamos a hacer. Lo repetitivo de un tema es el primer motivo para tratar de hacer algo nuevo.
Resulta entonces importante librarse del miedo al “que dirán en la redacción” o del “le gustará al editor o no”. La búsqueda debe ser un ejercicio constante. No significa dejar de hacer el clichecito “políticamente correcto”, pero hay que esforzarse y presentar paralelamente una perspectiva innovadora. La concepción fotográfica del medio para el que trabajamos se irá modificando poco a poco.
Un aspecto muy importante de nuestro trabajo es la correspondencia que logre establecer el binomio fotógrafo-periodista (y hasta el chofer) pues influye grandemente en el resultado final del trabajo de ambos. El involucramiento real en el tema, el consejo y la comprensión mutua, el análisis de variantes y hasta pensar la manera de emplanarlo suele dar los mejores resultados aunque al final se den de narices con la mecánica editorial.
Por otro lado, son conocidas las opiniones acerca de la relaciones fotógrafos- editores en determinados medios. Esto no debe conducir, como a menudo se observa, a un dejar “hacer” a quienes decantan el material gráfico sin siquiera dejar caer una sugerencia. O adoptar a veces por nuestra parte una actitud sofista defendiendo a toda costa una determinada imagen que puede ser una realización maravillosa, pero que no es apropiada en términos editoriales. Y es aquí donde también juega su papel la preparación del fotógrafo, su cultura y su información de actualidad.
Si recurrimos a argumentos como “es bonita”, “tiene buena composición” o los conocidos “este es mi estilo”, “me gusta el encuadre” “esto se usa ahora” y no somos capaces de explicar a fondo los valores de una imagen muy difícilmente se tendrá en cuenta nuestra opinión en lo sucesivo.

Las nuevas tecnologías han revolucionado más de un aspecto en el periodismo. Para empezar, el tema de la alfabetización informática es el pilar sobre el que descansa la efectividad de nuestro trabajo. La actualización constante en softwares y procedimientos, más que una fiebre, se ha vuelto algo imprescindible para los profesionales del sector. Aprender los rudimentos del idioma ingles es básico así se vaya a una cobertura al interior del país. Es triste no encontrar por ejemplo la Bandeja de entrada del correo solo porque el nombre está en inglés y no en español.
Así, han aparecido nuevos contenidos de trabajo. El fotógrafo puede ser ahora también un creador de multimedia o infografías. Hoy Internet es una oportunidad como nunca antes hubo para el fotógrafo. En los periódicos existen las galerías virtuales y está también la posibilidad de una Web propia, no obstante el limitado, y a veces casi nulo acceso que a Internet sigue teniendo la mayoría de los fotógrafos en los diferentes medios.

Ser fotógrafo de prensa es una actitud. Implica elaborar y proponer proyectos, transmitir sin egoísmo la experiencia; poseer una ética; ser audaz para tomar la fotografía, para presentarla y defenderla en el periódico. Desde siempre, el fotógrafo detrás de la cámara es lo que determina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Massola,
Valiente y bien fundado comentario. Axiomático, muy realista y positivo, el párrafo final: “Ser fotógrafo de prensa es una actitud. Implica elaborar y proponer proyectos, transmitir sin egoísmo la experiencia; poseer una ética; ser audaz para tomar la fotografía, para presentarla y defenderla en el periódico. Desde siempre, el fotógrafo detrás de la cámara es lo que determina.”

Coincido y soy partidario de los argumentos sobre los que discurres, Massola: ese continuo estudio no alusivo necesariamente a la carrera universitaria lo cual podría infundir además cierta ética a los profesionistas.
Mis inicios no fueron en un periódico, y solo tuve un amigo, ex fotorreportero, a quien acudir a la sazón en busca del necesario consejo para hacer mis fotografías de prensa. Afortunadamente se hace camino al andar y siempre aparecen colegas y amigos de quienes recibir enseñanzas de todo tipo entre los cuales destacó al entrañable profesor y amigo de todos Felix Arencibia.
Mi licenciatura en filología inglesa significaba cierto desdén laboral en el inicio de mi sueño del hobby convertido en mi actual profesión de fotorreportero a pesar de haber estado haciendo fotografías hacía cierto tiempo. Entonces debí también habituarme al trabajo en equipo del cual aprendí bastante.
Pones puntos sobre las ies en materia de equipamiento, de la calidad de nuestro trabajo a pesar de algunas rutinas, del tipo conceptual de fotografía que hacemos y nuestra preparación individual en dependencia de los medias, y la tan importante superación y actualización tecnológica que los fotorreporteros necesitamos.
Teniendo en cuenta todos los aspectos que abordas, seremos capaces de hacer un periodismo gráfico mucho más eficiente y revolucionario, mucho más comprometido en calidad y nivel conceptual.

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©Reno Massola
La Habana
2007-2010