Por Amauris Betancourt
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El retrato es mucho más viejo que la fotografía misma. Antes de ser llevado al arte del lente, los artistas plásticos lo usaban sobremanera en técnicas diferentes y con fines no menos iguales. Cuando apenas parece imposible agregarle, en pleno siglo XXI, algún matiz novedoso Roberto Salas (Nueva York 1940), nos propone "Así somos los cubanos", una colección de retratos sorprendentes expuestos en
"Así somos los cubanos", mostrada por primera vez fuera de la capital cubana y constituida por 54 piezas, abarca un mayor número de obras. Su título, desde el punto de vista semántico, hace honor a lo enunciado. Deviene, más que reflejo, espejo fiel de la idiosincrasia del cubano y de Cuba.
Roberto Salas retrata una amalgama exquisita de gente común y corriente, no obvia algunas reconocidas, y repasa gráficamente las capas de la sociedad cubana. Las imágenes traducen muchos oficios de
Salitas, como algunos prefieren llamarle para diferenciarlo de su progenitor, logra de forma genial un fotoensayo peculiar con rostros de "distintas partes del país" si bien no ha podido "abarcar todas las razas, colores de piel, oficios o profesiones existentes en la isla," porque "sería interminable la muestra", afirma el artista en la parte introductoria al catálogo.
Al tomar distancia del ámbito extrafotográfico y repasar lo concerniente a la fotografía en sí, Roberto Salas propone otras dimensiones del retrato. Omite, podría parecer, algunas sugerencias para hacer retratos; pero ahí esta su encanto y lo que añade genialidad al género.
Acude al posado, tiene detractores por miles en la fotografía hoy, sin embargo los de Salas no aparentan afectación y logra miradas genuinas, rostros expresivos ricos en matices a pesar de la consciente presencia de la cámara y del fotógrafo. No obtura a primera impresión sino mas bien obtiene beneficio del momento decisivo, el esperado, el que desea, rigor de oficio, experiencia para detener en el tiempo la expresión que busca, no la que le dan.
Roberto Salas logra además uniformidad encomiable en el escenario, en las luces -desde la misma posición. Hilvana los retratados sin favorecer a unos en detrimentos de los otros. Agrega así unidad al conjunto general. Su cámara expone rasgos sicológicos, sociales. Simbiosis espiritual y física confluyen en los retratos. Su fotoensayo posee coherencia y solidez gráficas.
"Así somos los cubanos" reafirma la tenacidad fotográfica de la obra de Roberto Salas. Marca pautas en el género practicado en Cuba. Toma lo mejor en cuanto a pose, matices sicológicos -observar la del pelotero o la de los marineros, bomberos y policías- y recrea el retrato comercial clásico familiar. Holguín se regocija con Roberto Salas en galería.
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